Dibuja tu encimera como un mapa de tráfico: zona de corte con cuchillos y tablas, área de condimentos inmediata al calor, y bandejas para ingredientes listos. Coloca lo frecuente a la altura de la mano y lo pesado cerca del lugar de uso. Etiqueta cajones con palabras simples, usa separadores para evitar búsquedas y mantén un carril libre para movimientos rápidos. Este mapa evoluciona con tus recetas favoritas; revísalo cada mes y ajusta sin miedo.
Refrigerador, fregadero y fogón siguen siendo puntos críticos, pero añade estaciones de preparación, reciclaje y emplatado para fluidos más suaves. Guarda tablas cerca del fregadero para enjuagues rápidos, mantén paños absorbentes a mitad de camino hacia la estufa y reserva una esquina para ingredientes secos que se usan a diario. Al reducir cruces y giros innecesarios, disminuyes accidentes y fatiga. En cocinas pequeñas, crea triángulos mini con carritos y bandejas que se mueven contigo, evitando colas y esperas en familia.
Un carrito con ruedas convierte metros escasos en espacio flexible. Carga especias, aceites, cuchillos y una tabla delgada para formar una estación que se acerca a ti en cada paso. Las bandejas agrupan todo lo que necesitas para una receta, reduciendo viajes de ida y vuelta. Al finalizar, empuja el carrito hacia la zona de limpieza y descarga por niveles. Esta movilidad favorece el orden visual, aminora el caos y hace la cocina compartida más cordial, porque cada persona puede llevar su estación sin invadir la de otra.